22 de abril del 2017
Guatemala
“¡Javier Duarte: ni perdón ni olvido!”, gritaron cuatro enfurecidas mexicanas-madres de personas desaparecidas en Veracruz, Querétaro y Sinaloa-que se instalaron a la entrada del penal de Matamoros, una cárcel en un cuartel militar de la capital guatemalteca en la que el político mexicano permanece preso desde el pasado domingo, a la espera de que prosiga el proceso sobre su extradición de Guatemala a México.
“¡Que pague!”, exigieron las mujeres, que llegaron la noche del viernes en avión a Guatemala y se plantaron con una manta del Colectivo de Familiares de Desaparecidos Orizaba-Córdoba, en la que se escribió un mensaje dirigido al ahora encarcelado político mexicano: “¡Sí, merezco venir a Guatemala Duarte! Para recordarte que debes miles de muertes y desaparecidos en Veracruz”.
“Exigimos que (Duarte) sea extraditado a México lo antes posible para ser juzgado y castigado, no solo por el desvío millonario de recursos o por enriquecimiento ilícito, sino para que responda también por todas las desapariciones y ejecuciones que se realizaron en el estado de Veracruz durante su mandato”, afirmaron en un mensaje que, a nombre del grupo, leyó la mexicana Araceli Salcedo Jiménez, madre de Fernanda Rubí Salcedo Jiménez, desaparecida en septiembre de 2012 en Orizaba.
El número de desaparecidos en la gestión de Duarte como gobernador de Veracruz, de 2010 a 2016, oscila entre 15 mil y 20 mil, aseguró la mexicana Lucy Díaz, madre de Luis Guillermo Lagunes Díaz-víctima de secuestro extorsivo en junio de 2013 y desaparecido desde entonces-y dirigente de El Solecito, una agrupación que reúne a madres y parientes de desaparecidos en ese estado. Duarte “tiene muchas desapariciones en su haber”, aseguró.
El diario El Mundo de Córdova, Veracruz, publicó en su cuenta de Twitter un breve clip del momento en el que las mujeres llegan al centro de reclusión. Además de que aprovechan para convocar a una marcha el próximo 28 de abril a as 5 de la tarde en Orizaba donde contarán con el apoyo y la presencia del padre Alejandro Solalinde.